jueves, 14 de noviembre de 2013

Plutarco E. Calles.


Plutarco E. Calles

Reformar desde el origen
Enrique Krauze



Elías no era sólo un apellido en el estado de Sonora: era la divisa de un gran dinastía terrateniente que en sus múltiples ramas llegaría a poseer 250 mil hectáreas y a fundar otros troncos, no menos ilustres y poderosos: los Pesqueira y los Salido.
El padre fundador, Francisco Elías Gonzáles de Zayas, oriundo de La Rioja, España, había llegado a finales del XVIII y se había dedicado con gran éxito a la minería en Alamos y Arizpe. Su único hijo, José Francisco, recibió en herencia el amplio valle de San Pedro Palominas, que permaneció en abandono durante la primera mitad del siglo XIX, hasta que paso a manos de su bisnieto, el coronel liberal José Juan Elías Pérez.
Los tiempos, sin embargo, no eran propicios para hacer fructificar aquellas 30 mil hectáreas y otras haciendas de menores propiedades de la familia. El coronel Elías, que en 1857 se había destacado en la batalla contra el filibustero norteamericano Henry A. Crabb, muere en 1865 tras un combate contra las fuerzas imperialistas de Maximiliano. Su esposa, Bernardina Lucero, quedaría a cargo de ocho pequeños hijos.
A partir de la muerte del coronel, la familia Elías Lucero enfrenta épocas difíciles. Plutarco el hijo mayor, de apenas 16 años, estudia leyes y hace una modesta carrera política, primero, en 1872 como diputado al Congreso local por el distrito de Ures, dos años después como perfecto de Guaymas y empezando a conocer la zona del comercio.
Pero su verdadera ocupación abrumadora, es la de albacea de una herencia familiar mermada día con día por la desatención, los ataques apaches y el abigeato.
En 1882, luego de desprenderse del rancho de San Rafael del Valle, la familia Elías Lucero poseía aun 34 mil hectáreas en San Pedro Palominas y otras 30 mil divididas en varias haciendas, pero la Ley de Baldíos del año siguiente vuelve a mermar su patrimonio: solo entre 1883 y 1884 pierde más de 20 mil hectáreas por inactividad. Al terminar el siglo, la Cananea Copper Co., la enorme empresa del coronel Greene, completa el desmembramiento comprando buena parte de San Pedro Palominas.
Para septiembre de 1911, en Agua Prieta, sin abandonar su nueva comercio –pequeño almacén en el que había de todo: maquinaria, abarrotes, vinos- el maestro Calles estrena profesión: el gobernador, José María Maytorena, lo nombra comisario. 


 su ya respetable aunque no muy fructífera experiencia de empresario, presario y labriego se aunaba ahora un trabajo de control político y hasta policiaco, parecido al de los famosos sheriffs de Arizona. La responsabilidad principal del Viejo como sus amigos les decían, era mantener el orden y administrar la justicia y la sede de la comisaría, crea un salón escolar y mantiene a raya algunas rebeldes. Los cónsules del gobierno maderista en Douglas y Laredo lo acusan ante Maytorena de conspirar contra el régimen; pero Maytorena, que lo sabe enérgico, disciplinado y de una pieza, lo apoya. Su comportamiento durante la rebelión orozquista le da la razón.
El mismo día en que tomo posesión de la gubernatura de Sonora, Calles dio a conocer su amplio Programa de Gobierno, prueba de que había aprovechado todos los resquicios de inactividad para pensar en la “revolución de ideales y las reformas hacia el progreso” que hora presentaba al pueblo. Después de asegurar que respetaría las garantías individuales y las libertades políticas –guiño al primer Jefe– adelantaba sus proyectos. Como el buen profesor que en el fondo seguía siendo, reformaría antes que nada la instrucción pública, abriendo escuelas en todos los lugares con más de 500 habitantes, obligando a las compañías mineras o industriales a instalar escuelas e instaurando, por su parte, un sistemas de becas, bibliotecas, gabinetes, escuelas, escuelas normales y de adultos, etc…Como buen comisario que había sido, reformaría la justicia, promoviendo una nueva legislatura y penal.
Plutarco Elías Calles fue secretario de Gobernación  durante casi todo el periodo presidencial de Álvaro Obregón. Su temperamento era casi el opuesto al de su jefe. Este es expansivo, jovial, intuitivo, nervioso, sanguíneo, contradictorio; aquel, por el contrario, introvertido, serio, reflexivo, aplomado, racional, congruente. Su gruesa voz inspiraba respeto. Es y parece fuerte, ecuánime e inflexible.



A veces sonreía, pero casi nunca reía. Su cara, como razón, es simétrica. Hasta el furibundo Bulnes se pliega ante su catadura: “El general Calles tiene buen físico de dictador (…) su carácter es de dominador de fieras y pisoteador de sapos (…)” El encargado de la legación francesa en México escribe: “Es realista  frio de espirito claro y voluntad firme”. Por momento su ceño adopta un aire casi siniestro. Un contemporáneo suyo hace esta descripción:
“Es hombre corpulento, ancho de hombros y de actitud sombría. Bien  podría uno decir: he ahí un bloque de granito humano. Su cara es dura, ajada, de rasgos agresivos; mascara de bronce que raramente se relaja. Sus ojos son pequeños, hundidos y sin expresión. Su pelo negro ya tiene toques de gris y su bigote recortado parece fuera de lugar en una cara tan severa.”



En el frente externo, sobre todo en la relación con los Estados Unidos, Calles dio la espalda a los tratados de Bucareli e intento oler a las posesiones de Carranza, que no eran que el apego a la Constitución. En la cámara se discuten varios proyectos reglamentarios sobre petróleo. El más radical se debe a Morones, zar de la CROM, e incluyéndose ministro de industrias, Comercio y Trabajo; el más suave lo patrocinaba Pani, ministro de Hacienda y Aerón Sáenz, Secretario de Relaciones. Las compañías petroleras se oponen a cualquier de ellos, pero temen que se expida el primero. El embajador norteamericano, un halcón apellidado Sheffield, es aún más pesimista: cree que México será, o es ya, el segundo país bolchevique de la tierra: Soviet México. El 12 de junio de 1925 Kellog lanza la primera amenaza.




Álvaro Obregón El vértigo de la victoria

Álvaro Obregón

Esta anécdota, una de las mil que solía contar, o inventar el general Obregón refleja con cierta  presión su origen. Alguna vez en la familia de francisco Obregón y cenobia salido el queso gruyere había  alcanzado para todos. Pero además de tener dieciocho bocas que alimentar, la política y la naturaleza les habían sido  impropicias. En 1867 el gobierno liberal  confisco buena parte de las propiedades de la familia por las simpatías que un socio de don francisco había mostrado por el imperio de Maximiliano.




Los primero años de aquel benjamín transcurren  en siquisiva. Además de la madre  lo crían 3 hermanas  maestras de profesión que no se les separarían nunca: Cenobia, Maria y Rosa. En 1898 es tornero de un ingenio  de Navolato. Hacia 1904 prueba suerte como vendedor ambulante de calzado, y ese mismo año inicia, sin mucha fortuna, su carrera de agricultor. En 1906 ya casado desde 1903 con Refugio Urrea, compra al gobierno federal una pequeña finea a la que le pone nombre de la quinta chilla.
 En 1907 a los 27 años de edad, Álvaro Obregón empieza a ver claro su futuro económico. En 1909, viudo y con 2 hijos pequeños Humberto y Refugio, a quienes atienden las tres hermanas mayores que habían visto por él. Cuando en 1910 con motivo de las fiestas de centenario, Obregón hace su primer viaje  a la ciudad de México, podía sentir el orgullo legítimo de su ya no tan modesta prosperidad.


 El 23 de febrero de 1909  obregon escribió un poema titulado  fuegos fatuos, en el que se perciben ecos  de las copias de Jorge Manrique.


Estoy acostumbrado a luchar contra los elementos naturales: las heladas, la lluvia, los vientos, que llegan siempre inesperadamente. Es sencillo transformarse de agricultor en soldado. Estas palabras de Obregón a Juan de Dios  Bohorquez describen con claridad su situación en 1912, al inicio de la rebelión orozquista, pero no en 1910, cuando estalla la revolución de madero. En 1917 en su prologo a su apoteótico y no muy legible opus, obregon se atreve a  confesar  con todas sus letras:
Entonces el partido maderista o antirreeleccionista  se dividió en dos clases: una compuesta de hombres sumisos al mandato del deber, que abandonaban sus hogares y rompían toda liga de familia y de interés para empuñar el fusil, la escopeta o la primera arma que encontraban; la otra, de hombres atentos al  mandato del miedo, que no encontraban armas, que tenían hijos, los cuales quedarían en la orfandad , si aprecian ellos en la lucha , y con mil ligas mas, que el deber no puede suprimir  cuando el espectro del miedo se apodera de los hombres.

Las pequeñas obras de riego  y educación que intenta en 1911 apenas presagian su inminente ascenso. En abril de 1912, con la rebelión orozquista, llega su segunda oportunidad, la de ser mas maderista que los maderistas originales. En diciembre de ese mismo año el coronel Obregón  pide su baja del ejército y vuelve a sus actividades agrícolas. La paz bucólica le dura dos meses. En febrero de 1913 un cuartelazo derriba al presidente madero. Sin chistar Obregón ofrece sus servicios al gobernador Maytorena  que por esos días pide licencia  y viaja a los estados unidos.

Entre marzo de 1913 cuando entabla sus primeras batallas fronterizas y agosto de 1914  en que entra a la ciudad de México  al mando de un ejército invicto, Obregón despliega  sus inmensos dotes naturales en una empresa más exigente  que la cosecha de garbanzo.
En mayo de 1913  después de una acción de doble envolvimiento concertado, derrota a Medina Barrón en Santa Rosa. El 20 de septiembre de ese año  Venustiano Carranza en persona  lo designa comandante en jefe  del cuerpo del ejército noroeste con jurisdicción sobre sonora, Sinaloa, Durango, chihuahua y baja california.


En abril de 1914  se reinicia la marcha.  Mientras villa deslumbra a la prensa nacional y extranjera con sus cargas anibalianas, en la costa del pacifico obregón avanza desplegando una arma de efectividad superior: el ingenio. En mayo de 1914, en la costa de topolobampo, amenazada por el cañonero federal, general guerrero, ocurre un hecho notable. Por primera ocasión en la historia militar del junto, el piloto Alberto Salina, el ejercito de obregón bloquea Mazatlán, como lo había hecho con Guaymas, y sigue a Tepic, donde con ayuda de lucio blanco corta las vías del ferrocarril Guadalajara, colima y aísla asi a los sitiados en aquellos puertos. 


 en abril de 1926 a nadie se le ocultan las intenciones del gran manco de celaya. pasa temporadas cada vez mas largas en la capital y frecuentemente  se aloja en el castillo de chapultepec, sera hasta octubre de 1926, luego de varias sesiones tormentosas, cuando la camara de diputados y la de senadoras aprueben la reeleccion de obregon .
de octubre de 1926  a abril de 1927  obregon prueba una vez mas  el viejo sabor de la guerra. al mando de 15 mil hombres cierra el ultimo capitulo de un conflicto centenario: la guerra de yaqui.

el 17 de julio de 1928  su taquigrafo personal  escribe con tinta roja una nota  de alerta en su agenda, obregon no la percibe o no quiere percibirla. toda su vida ha sido una alerta  en el restaurante la bombilla un grupo de simpatizantes le ofrece un banquete . su asesino se acerca para enseñarle un boceto de retrato  y obregón accede a que le haga uno. instantes después mientras los cancioneros entonaban la inocente canción del limoncito, José de León Toral decida cambiar su vida por la del invicto triunfador de la revolucion.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Francisco I. Madero: Mistico de la Libertad

Francisco Ignacio Madero, había nacido el 30 de octubre de 1873 en la hacienda de El Rosario, en Parras, Coahuila. Pequeño de estatura y frágil de salud, a los 12 años ingresa en el Colegio Jesuita de San José, en Saltillo, del que le quedaría una profunda huella disciplinaria y moral. En 1866, luego de un breve periodo de estudios en Baltimore, emprende una larga estadía en Francia. Durante un año asiste al Liceo Versalles y posteriormente a la Escuela de Altos Estudios Comerciales, donde permanece hasta su regreso en México en 1892. En 1889 acude a la Exposición Universal en París. Tiempo después viaja por Bélgica, Holanda y Alemania. Pero no lo arroban el arte ni los países que visita como “el descubrimiento que más ha hecho por la trascendencia de (su) vida”: el espiritismo.
Concurriendo a centros espiritistas, Madero, inclinado desde sus años mozos en el colegio jesuita al recogimiento espiritual, descubre su aptitud como “médium escribiente” (lazo de los espíritus con los seres humanos por medio de la escritura). A pesar de que había realizado provechosamente estudios administrativos en París, su padre y su abuelo decidieron completar la educación de Francisco con un año de estancia en Berkeley, California.
En 1893 se encarga de la hacienda de la familia en San Pedro de las Colonias. En 1899 da cuenta a su abuelo de diversos proyectos nuevos: una compañía jabonera, una fábrica de hielo, un despepitador, compra de acciones, atención de terrenos en Cuatro Ciénegas. Arreglo de aguajes y cercas en Sierra Mojada para criar ganado cabrío. Ese mismo año promueve el establecimiento de un observatorio meteorológico cerca de la Laguna de Mayrán. Posteriormente escribiría un folleto sobre el aprovechamiento de las aguas del Nazas que le valdría la felicitación de Porfirio Díaz. Su capital personal, para entonces, llegaba a la respetable suma de 500 mil pesos. En su propia casa de San Pedro, alimentaba a cerca de 60 jóvenes. Allí fundó una especie de albergue en que ofrecía cama y comida a gente pobre; sus trabajadores vivían en casas higiénicas, gozaban de altos salarios y eran examinados médicamente con regularidad. Junto a Sara Pérez, con quien se casaría en enero de 1903, Madero sostendría a huérfanos, becaría a estudiantes, crearía escuelas elementales y comerciales, instituciones de caridad, hospitales y comedores populares.
Su primera participación y fracaso político fue su candidatura en 1904 para la alcaldía en San Pedro de las Colonias. 
Desde 1905 traza, con precisión matemática, un plan para democratizar a México. El primer paso es afianzar relaciones con los elementos independientes como el tenaz periodista liberal Filomeno Mata, como Francisco Iglesias Calderón y Francisco P. Santíes. En 1906 apoya pecuniaria y moralmente a Ricardo Flores Magón, pero muy pronto rechaza su voluntarismo revolucionario no sólo en términos morales sino políticos.
Hacia 1907, el espíritu de su hermano muerto José, le indica los pasos para lograr el proceso democrático, así como la forma de publicar un libro que critique la dictadura, cuyo nombre será La sucesión presidencial de 1910. El mal mexicano, consecuencia natural  del militarismo que asoló todo nuestro siglo XIX, era para Madero el poder absoluto, el poder en manos de un solo hombre. No hay progreso real que los resistía ni hombre infalible que lo ejerza con equilibrio. Era veneno puro transcribir para la opinión pública de 1909 los planes porfiristas de La Noria (1871) y Tuxtepec (1876), y recordar que la bandera con que había llegado Díaz al poder era, justamente, la no reelección.
En ese momento Madero inicia la mayor enseñanza práctica de democracia ejercida por un hombre en toda la historia mexicana. El secreto del Apóstol de la Democracia, como ya empezaba a ser conocido, era claro y sencillo: desplegar frente a la mística de la autoridad encarnada en Porfirio Díaz, una mística inversa: la mística de la libertas. Posteriormente, del 27 de febrero a mediados de junio de 1909, encabeza en la ciudad de México los trabajos del Centro Antirreeleccionista que se funda en mayo. Al mes siguiente aparece el primer número de “El Antirreeleccionista” dirigido por el joven filósofo y abogado José Vasconcelos y en cuyas páginas colaboran Luis Cabrera, Toribio Esquivel Obregón y Federico González Garza. Para entonces ha vendido ya una porción considerable de sus bienes para obtener liquidez. Así pudo financiar buena parte de los trabajos antirreeleccionistas e iniciar una serie de largos recorridos por la República acompañado de una escasa comitiva. Las giras fueron de la siguiente manera:
1.       Veracruz, Campeche, Mérida, Campeche, Tampico, Monterrey y concluye en San Pedro de las Colonias
2.       Recorre Querétaro, Guadalajara, Colima, Mazatlán, Culiacán, Navojoa, Álamos, Guaymas, Hermosillo, Nogales, Ciudad Juárez, Chihuahua, Parral, Torreón y vuelve a San Pedro de las Colonias.
3.       Durango, Zacatecas, Aguascalientes y San Luis Potosí.
4.       Puebla, Xalapa, Veracruz, Orizaba, Guanajuato, Jalisco y México
En cada lugar es vitoreado. Lo que Madero renueva es el ideal del liberalismo por el que muchos mexicanos habían luchado en las guerras de Reforma e Intervención.
A principios de junio de 1910 emprende la que sería su última gira. En Saltillo y San Luis Potosí es hostilizado seriamente. Por fin, en Monterrey, el Gobierno resuelve a apresarlo. Madero ya había visitado 22 estados y fundo no menos de cien clubes. Desde la prisión de San Luis Potosí, adonde se le traslada a fines de junio, Madero prosigue con un ritmo fabril sus relaciones epistolares. Para no dejar expediente sin cubrir en el camino, su partido somete al Congreso un vasto y detallado memorial sobre el fraude en las elecciones que, por supuesto, no encuentra mayor eco. Para Madero, que escapa a San Antonio, Texas, el 6 de octubre, y para sus correligionarios en toda la República y en el exilio, el destino definió con la precisión extemporánea del Plan de San Luis que Madero había redactado en su cautiverio con la ayuda, entre otros, de un joven y casi anónimo poeta: Ramón López Velarde De sus cláusulas sobresalían la asunción de la presidencia provisional de Madero, el desconocimiento de los poderes federales, la restitución de terrenos a pueblos y comunidades despojados y la libertad de los presos políticos.
La revolución que debía estallas el 20 de noviembre de 1910 contaba ya con un mapa de acción y delegados formales en cada sitio. La mañana de ese día, diez hombres, incluido un guía, acompañan al líder de la Revolución a  la frontera del Río Grande. En el sitio convenido debía esperarlo el tío Catarino Benavides con 400 hombres. Al llegar no encuentra a nadie; cuando el tío aparece, su contingente nos es de 400 sino de 10. Con 20 hombres parecía difícil atacar Ciudad Juárez. Para colmo, el mismo día llegan noticias sobre una reciente orden de arresto. Madero decide esconderse. A los pocos días viaja de incógnito a la ciudad de Nueva Orleans con su hermano Raúl. Para todos, menos para su caudillo, que entonces ignoraba buena parte de los levantamientos en su favor en Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, Coahuila y Veracruz, la esperada revolución un fracaso.
En febrero de 1911 Madero entra por fin a México con 130 hombres. Al poco tiempo acaudilla personalmente un ataque a Casas Grandes en el que es herido en un brazo.  Los hechos armados se duplican de febrero a marzo y en abril abarcan ya 18 estados. En Nueva York, Washington y la frontera, el gobierno de Díaz se sienta a la mesa de las negociaciones. El 23 de abril ser pacta un armisticio de cinco días frente a Ciudad Juárez. Dos enviados oficiosos del Gobierno manejan la posibilidad de una diarquía casi bipartidista. El magistrado Francisco Carvajal trae, a principios de mayo, facultades plenas de negociación. La jefatura revolucionaria en pleno firma un acta de 14 puntos en la que detalla las condiciones del arreglo: entre otras, el pago de haberes a las tropas revolucionarias, libertad a los preso políticos, nombramiento por el Partido  Revolucionario de los secretarios de Guerra, Instrucción Pública, Gobernación, Justicia, Comunicaciones y Obras Públicas. La renuncia de Díaz no estaba prevista en los 14 puntos, pero sí se juzga necesaria. El 7 de mayo, en un manifiesto a la Nación, el Presidente admite que la rebelión de noviembre “paulatinamente ha ido extendiéndose.  El 10 Ciudad Juárez es tomad por la Revolución. El 21 se rubrican finalmente los tratados de esa ciudad con los que concluía la Revolución. Díaz y Ramón Corral, su vicepresidente, deben de renunciar y dejar en el cargo de presidente a Francisco León de la Barra. El 24 Díaz redacta su renuncia y el 31 parte al exilio.
El 7 de junio de 1911 Madero hace su entrada triunfal a la Ciudad de México. Lo reciben 100 mil personas. En el breve interinato de León de la Barra, los conflictos y divisiones entre Madero y Zapata se harían notorias.
En noviembre de 1911, Madero llegó por fin a la presidencia, gracias a la votación más libre, espontánea y mayoritaria de nuestra historia contemporánea. Gobernó 15 meses, con tales dificultades que, a la distancia, su periodo semeja más bien un milagro de supervivencia. El Senado, que ejerció en su contra una tenaz oposición, desacreditó y paralizó los intentos de reforma. Aunque a partir de 1912 la legislatura era en su mayoría maderista, dominaba el veneno oratorio contra el Ejecutivo. Hubo problemas de gobierno en 11 estados. Pero  nada tan irresponsable y persistente como el ataque de la prensa. Llovieron los chistes, los apodos, las caricaturas, los rumores.
En marzo de 1912 estalla en Chihuahua la rebelión de Pascual Orozco, una revuelta sin más programa que el resentimiento de aquél y sin más apoyo popular que el del terrateniente Terrazas. En un principio, los rebeldes derrotaron a las fuerzas federales al mando del general José Gonzaléz Salas, quien, temeroso del arpón de la prensa, se suicida. Lo reemplaza el general Victoriano Huerta, que doblega al enemigo en Rellano, Bachimba y Ojinaga.
El pueblo que se había volcado con armas y con votos en apoyo de Madero, no había respondido a ninguna de las rebeliones. Los negocios seguían con normalidad,  crecían los activos bancarios y las exportaciones, pero la realidad se contagiaba poco a poco de los rumores, las distorsiones y la atmosfera de desconfianza, creada artificialmente por la prensa. Al mes de haber llegado a la Presidencia creó el Departamento de Trabajo. Propicio la Primera Convención de la Industria Textil, que reglamentó y humanizó el trabajo en las fábricas. Madero fue el primer presidente que legalizó la libertad sindical y de huelga. En su periodo se creo la Casa del Obrero Mundial. Como buen administrador, propuso la educación agrícola, reorganizó  el crédito al campo, proyectó la colonización, la conservación de los recursos forestales y el deslinde y venta de tierras nacionales, creó siete estaciones de experimentación agrícola. Entre otros ámbitos de la política social y económica, el avance era igualmente claro: se abrieron escuelas industriales y rudimentarias, comedores escolares y museos como el de Apatzingán; se llevó a cabo el Primer Congreso de Educación Primaria. Se dieron nuevas concesiones ferrocarrileras en el Sureste; se creó la inspección de caminos, carreteras y puentes; se iniciaron  los trabajos de las carreteras México-Puebla, México-Toluca e Iguala Chilpancingo. Se impuso una nueva política fiscal a las compañías petroleras.


Cronología de la Decena Trágica en febrero de 1913 (Relatos e historias de México, Febrero 2013).
Domingo 9. La ciudad de México despertó sobresaltada. Un escuadrón de la Escuela Militar de Aspirantes, en Tlalpan, marchó temprano hacia el Zócalo para tomar por asalto Palacio Nacional. Al mismo tiempo, el general Manuel Mondragón dirigió las operaciones para liberar a Bernardo Reyes y Félix Díaz, jefes del alzamiento, que purgaban condenas por rebeliones contra Madero, en Tlatelolco y Lecumberri. Un regimiento de la caballería rebelde ocupó Palacio pero rápidamente fue recuperado por el general Lauro Villar, jefe militar de la capital. Al frente de un contingente llegó a la Plaza de la Constitución el audaz general Reyes, con la certeza  de que el viejo edificio virreinal se hallaba en mano de sus cómplices. Cerca de la puerta principal fue recibido por el fuego de las ametralladoras y murió en el espantoso combate que se libró en la plaza.

Lunes 10. Resulta extraño que el presidente Madero haya decidido ir en persona hasta Cuernavaca para traer al general Felipe Angeles –comandante en Morelos- para fortalecer la defensa de la capital. El brillante estratega era indispensable para sitiar a los alzados y obligarlos a la rendición. No obstante haber dado pruebas de su lealtad e inteligencia militar, Madero lo puso bajo las órdenes del general Huerta.
Martes 11. Desde este día, el fuego de cañones protagonizó los combates de todo el centro de la ciudad con baterías desplegadas desde Paseo de la Reforma hasta Salto del Agua, y de la Plaza de la Constitución hasta la calle de Balderas. Obuses y granadas destruían muros y fachadas de residencias, teatros, templos, comercios; incluso una bala destruyó la puerta mariana de Palacio Nacional.


Viernes 14. Después de cinco días, ambos bandos mantenían sus posiciones y a pesar de los rumores nadie sabía cómo podían avituallarse los rebeldes sitiados. A mediodía se pactó una pequeña tregua. Madero autorizó al señor León de la Barra, ex presidente interino de la República, conferenciar con el señor Félix Díaz para resolver la grave situación. Como respuesta, el jefe de los sublevados exigió la renuncia de Madero y de todo su gabinete, antes de entrar en negociaciones. Con este resultado, el presidente reafirmó su convicción de defender la legalidad hasta las últimas consecuencias. Esa tarde el fuego  de los cañones desvaneció las esperanzas de una solución pacífica.

Sábado 15.Un grupo de senadores decidió concurrir en Palacio Nacional y pedir, en nombre de la Patria, la renuncia de Madero y Pino Suárez. No fueron recibidos por el presidente e, indignados, continuaron sus gestiones cerca del general Huerta. Ese día de los combates continuaron ya entrada la noche sin ventaja aparente para ninguno de los dos bandos. A cada ataque de los federales contestaban los felicistas con una granizada de balas que hacías retroceder a los soldados y sólo aumentaba las víctimas. El número de cadáveres insepultos era incontable y la población huía de la zona de combate, aunque muchos quedaban atrapados en el fuego cruzado de la fusilería. Por la noche se pactó una tregua de 24 horas que empezaría a las dos de la mañana. Desesperada por su forzosa reclusión, la población pudo salir el domingo a recorrer las calles.

Domingo 16. Una inmensa multitud recorría la zona aleñada de la Ciudadela. Los soldados de ambos bandos ocupaban sus puestos, apenas distanciados por un centenar de metros. Con el arma al brazo, silenciosos, tranquilos, veían desfilar los curiosos. En algunas de las calles ardían los cadáveres empapados de petróleo.

Martes 18.Gustavo Madero sospecha que Victoriano Huerta elude dar el golpe final sobre la Ciudadela y recaba pruebas de su traición: en efecto, había sostenido reuniones secretas con Félix Díaz y seguramente había administrado la eficacia de los combates. En la madrugada Gustavo desarmó a Huerta y lo condujo frente a Madero. El presidente escuchó las acusaciones pero Huerta imploró y juró lealtad, y le aseguró que antes de 24 horas acabaría con la rebelión. Madero cedió a sus ruegos y le regreso su pistola. Sin saberlo, el presidente había firmado la sentencia de muerte de su hermano Gustavo. Huerta se movió rápidamente y de inmediato cambió la guardia de Palacio Nacional, que fue ocupada por el 29 Batallón de Infantería a las ordenes del general Aureliano Blanquet. A la hora de la comida, Gustavo Madero fue arrestado en el restaurante Gambrinus y conducido a la Ciudadela, donde fue torturado durante varias horas, mutilado y finalmente fusilado. La cruel acción se realizó en presencia del general Manuel Mondragón. A las dos de la tarde, por órdenes de Huerta y Blanquet, un grupo de esbirros al mando del teniente coronel Teodoro Jiménez Riveroll subió a la oficina de Madero para arrestarlo junto con su gabinete. Los capitanes Gustavo Garmedia y Fedrico Montes, del Estado Mayor, dispararon sobre Jiménez Riveroll y el mayor Izquierdo, dejándolos muertos, mientras que el ingeniero Marcos Hernández pereció en defensa del presidente. El general Felipe Ángeles fue llamado al cuartel general y también fue arrestado. La noticia pronto corrió por la ciudad. En la noche, los golpistas se reunieron en la embajada de los Estados Unidos para acordar que Huerta quedaría como presidente provisional y Félix Díaz sería el candidato oficial en las próximas elecciones que se convocasen. Henry Lane Wilson envió un telegrama al Departamento de Estado de su país con el informe de ese acuerdo.
Miercoles 19. Madero, Pino Suárez y Ángeles se encuentran presos en Palacio Nacional. A fin de garantizar sus vidas, los acompaña el embajador de Cuba, Manuel Márquez Sterling. Madero tiene la promesa de Huerta de permitirle salir al exilio y resguardar la seguridad de su familia: a la una de la tarde redacta su renuncia. No sabe que su hermano ha sido asesinado de un modo horrendo. Irregularmente, la XXVI Legislatura admite las renuncias del presidente y del vicepresidente. El cargo de presidente interino  recae en Pedro Lascuráin, secretario de Relaciones Exteriores, quien dejara en el cargo 45 minutos,  nombrando en ese lapso de tiempo a Huerta como secretario de Gobernación. Huerta se convierte en presidente provisional. El general golpista había triunfado, también sobre la rebelión Félix Díaz. La suerte de Madero y Pino Suárez estaba decidida.

Francisco I. Madero y José María Pino Suárez fueron asesinados en Lecumberri el 22 de febrero de 1913. Los restos de Madero estaban en el Panteón Francés, actualmente están en el Monumento a la Revolución; los restos de Pino Suárez se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.



piden traer los restos de porfirio diaz a mexico - martinez serrano

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sábado, 9 de noviembre de 2013

Porfirio Diaz: Mistico de la Autoridad

Oaxaca, la antigua Antequera, el viejo asiento del Marquesado del Valle, fue durante la Colonia santuario indígena, recuerdo vivo de tiempos y culturas precolombinas. Fue la “fábrica nacional de políticos y soldados”, zona de teocracia, tierra de “místicos de la política”, de acuerdo con la expresión de Alfonso Reyes.  Allí nació, en 1806, el indígena zapoteca Benito Juárez. También, pero el 15 de septiembre de 1830, nacía el mixteco cuya biografía se entrelaza y confunde con la biografía de México por casi 60 años: Porfirio Díaz.
En 1843 estudia en el Seminario Conciliar de Oaxaca, aprobando con excelencia en exámenes de artes y filosofía. En 1850 abandona el seminario, pasándose al bando liberal, conociendo  a Juárez y Marcos Pérez. Trabaja como bibliotecario en el Instituto de Artes y Ciencias de esa ciudad.
La derrota de México ante los yanquis en 1847 lo sorprende demasiado joven, pero el siguiente episodio bélico –la Revolución de Ayutla- lo encuentra ya maduro. En 1855 vota públicamente contra Santa Anna, deja sus estudios de leyes, e inicia una centellante carrera que lo lleva a la jefatura política de Ixtlán.
Al estallar la Guerra de Reforma, el capitán Porfirio Díaz tiene su bautizo de fuego al mando de una compañía ya formal de granaderos, sufre su primera herida e interviene en el primer sitio de Oaxaca. Juárez le encomienda el gobierno y la comandancia militar del istmo de Tehuantepec, donde lidia solamente con las tensiones propias de la contienda entre su bando liberal y el conservador. Aquella estadía política y militar en Tehuantepec le aportó no sólo un arduo aprendizaje, sino algo más profundo: el contacto vital con su raíz indígena.
Al triunfo del bando liberal, se convierte en diputado por el distrito de Ixtlán. Después de los asesinatos de Tacubaya, y los de Leandro Valle y Melchor Ocampo, define su destino en unas palabras que pronuncia en el Congreso: “Yo soy soldado. Pido permiso para ir a pelear”. El general González Ortega reconoce su valor y le concede el grado de general de brigada.
En la Batalla de 5 de Mayo Díaz refrenda esos rasgos: toma la iniciativa. Desobedece a Zaragoza y es factor importante en la victoria. En su parte de guerra Zaragoza menciona el “empeño y bizarría” del “ciudadano general Díaz”. En la toma de Puebla, en 1863, cae prisionero pero escapa disfrazad de indio. Juárez lo designa comandante del Ejército de Oriente, por lo cual marcha a Oaxaca con un ejército desmoralizado; ha pesar de sus esfuerzos por mantener la guerrilla por cuatro años, se rinde ante el general Bazaine; pero logra volver a escaparse de la cárcel. A partir de entonces, y reunificado su ejército, empieza una cadena de victorias, siendo la más importante la toma de Puebla el 2 de abril de 1867.
El 15 de julio entra triunfante Juárez a la Ciudad de México. Díaz entrega al licenciado Juárez un buen superávit en efectivo, los 35 mil hombres de su ejército y su estratégica renuncia. Se retira a la hacienda de La Noria, donde vigila la situación política del país.
En 1871 pierde las elecciones ante el “Benemérito de las Américas”, por lo que alega fraude y se lanza a la Rebelión de La Noria. Muerto Juárez (1872), Sebastián Lerdo de Tejada es el presidente legal, y Díaz no tiene más remedio que acogerse a la amnistía. En 1874 regresa al Congreso como diputado. A su tiempo, Díaz volvió a presentar su infructuosa candidatura y a su tiempo volvió a rebelarse. El 10 de enero de 1876, secundado por ideólogos y militares, lanzó el Plan de Tuxtepec e inició la revuelta desde el norte. En un principio sufrió varios reverses sobre todo a manos de Mariano Escobedo; sin embargo en la batalla de Tecoac, triunfa la rebelión finalmente. Lerdo viaja a Acapulco para marchar al exilio neoyorkino; José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia, exige la presidencia para sí, pero Díaz opina que la legalidad es cuestión de “pastelería” y el poder cuestión de armas.
Para lograr el dominio del país durante 12 años, de 1876-1888, Díaz hizó su política basándose en 12 “riendas”
·         Represión o pacificación
·         Divide y vencerás con los amigos
·         Control y flexibilidad con los gabinetes y los gobernantes
·         Sufragio inefectivo, si reelección
·         Domesticación del Poder Legislativo
·         Domesticación del Poder Judicial
·         “Pan y palo” con el ejército
·         Política de conciliación con la Iglesia
·         Gallardía en la política exterior
·         Acoso a la prensa
·         Doma de intelectuales
·         Culto a la personalidad
Esto rindió pronto frutos: logró las reformas constitucionales, permitiéndole que después del gobierno de Manuel “el Manco” González, tuviera reelecciones indefinidas; el decidía el rumbo del país ya que las propuestas eran aprobadas de inmediato por el Legislativo; y tuvo las facultades plenas en todos los aspectos, como un verdadero monarca absoluto. Otro factor que impidió el ejercicio de la democracia fue haber creado las rivalidades dentro de la alta jerarquía de la sociedad Porfirista, impidiendo la candidatura del General Bernardo Reyes y de su ministro de Hacienda, José Yves Limantour.
A partir de su llegada en febrero de 1893, el “científico” Limantour obra milagros: reduce sueldos, sacrifica prebendas, logra abolir de un plumazo las alcabalas, reorganiza el sistema bancario y monetario, reconvierte todas las deudas, duplica el valor de los bonos mexicanos en Europa y, por primera vez en la historia del México independiente, nivela en 1894 los presupuestos. El año siguiente obtiene un superávit.
En 1876 el país contaba con 6338km de vías férreas. En 1910 la cifra había subido ya a 19280 km. Los telégrafos pasaban de 9000 km en 1877 a 70000 km en1900. Para 1910 la res postal abarcaba 90000km.
En el período 1877-1910 la población aumentaba a un ritmo menor del 2% anual, de 1892-1907 la agricultura lo hacía al 4%. Dentro de ella los productos agrícolas de exportación –henequén, hule, garbanzo, café, ixtle, maderas preciosas- llegaban al 5.2%; los productos agrícolas para producción industrial –algodón, tabaco, cacao, azúcar- alcanzaban el 5.8%, en tanto que alimentos y bebidas para el consumo interno se rezagaban en un 3.6%.
Gracias a la supresión de las alcabalas, la red de comunicaciones, los aranceles y una política de exención de impuestos, entre 1892-1910 la industria porfiriana crecía al 6.4%. La primera década del siglo presencia un ascenso todavía mayor: en 1903 nace la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey; en las 140 fábricas textiles que tiene el país en 1910 hay 70 mil telares activos, siete veces más que en 1845; la fábrica Río Blanco de Orizaba es la primera en México que usa energía hidroeléctrica. Hacia 1910, México contaba 5500 fábricas de toda índole: papel, jabón, cemento, calzado, vidrio, cigarros, cervezas, sombreros. Con el siglo XX se iniciaban también las primeras explotaciones petroleras, que pasarían de ocho mil barriles de petróleo en 1900-1901 a 8.1 millones de barriles en 1910-1911. Mientras el mundo aumentaba sus exportaciones, como sus importaciones, aun ritmo anual de 3.6%, México lo hacía al 6.1 y 4.7% respectivamente. En 1877 los metales preciosos representaban casi el 80% de la exportación. La inversión extranjera representaba en 1910 las dos terceras partes de la inversión total, calculada en dos millones de dólares.
También la deuda externa aumentaba. A partir de 1886, cuando el ministro de Hacienda Manuel Dublán realiza la primera conversión favorable de la deuda, el régimen de Díaz rehabilita, hasta hacerlo envidiable, el crédito de México. La deuda creció de 52 millones de pesos en 1884 a 441 en 1910, pero lo hizo de modo concertado, con mejores plazos y tasas, y menores garantías.

En 1900 sale la primera oposición al régimen de Díaz, cuando Ricardo y Jesús Flores Magón publican Regeneración, por lo cual sufren encarcelamientos y exilios. En 1906 se realiza en Sonora una huelga en contra de la minera Cananea Consolidated Copper Co., la cual es reprimida por los Rangers de Estados Unidos, dejando gran cantidad de víctimas mortales, al igual que la siguiente huelga en contra de la dictadura: la de Río Blanco en 1907.
En 1908 se da la entrevista Díaz-Creelman donde declara que México está listo para la democracia. En 1910 se realizan elecciones, donde participa activamente el coahuilense Francisco I. Madero, el cual es encarcelado en San Luis Potosí antes de las elecciones, donde gana el viejo dictador. Tiempo después del proceso electoral, Madero sale a Estados Unidos donde publica el Plan de San Luis.
Mientras tanto, México celebra las fiestas del Centenario: inauguración del Ángel de la Independencia y del Hemiciclo de Juárez, apertura de la cárcel de Lecumberri y del Hospital de la Castañeda, entre otros actos conmemorativos.


El 20 de noviembre inicia la nueva guerra civil. Aunque la revolución maderista prendió lentamente en Morelos y el Noroeste, hay en don Porfirio un dejo de fatalidad. El ejército Federal pudo ser más débil de lo que se creía, pero esto no explica la prisa de Díaz por llegar a un arreglo con los rebeldes. No es tan fuerte como aparentaba: se duerme en las reuniones, se ha vuelto achacoso y, lo peor, desmemoriado. Por eso no quiere o no puede pelear. Ahora sí pacta, ahora sí descorre el enigma y baja las cartas; ahora sí habría libertad de sufragio, independencia de poderes y no reelección. El 25 de mayo de 1911 redacta su renuncia.

El 31, en Veracruz, sale al exilio en el barco Ipiranga; nunca volverá a pisar suelo mexicano. El 2 de julio de 1915 fallece en París. Sus restos se encuentran en el cementerio de Montparnasse, de la capital francesa.

A continuacion, los siguientes videos te pueden orientar para conocer mas a fondo a este personaje historico:



martes, 5 de noviembre de 2013

Introduccion

Proyecto de la materia de TIC's sobre una de las obras mas conocidas de Enrique Krauze: Biografía del Poder. El proyecto no tiene fines de lucro, únicamente de divulgación de datos sobre ciertos personajes de la Revolución Mexicana, y de evaluación de la asignatura antes mencionada.

Este blog esta hecho para todos aquellos que no tienen los recursos necesarios para adquirir el libro o necesiten de información de los protagonistas de la Revolución para alguna tarea escolar, o simplemente para que conozcan mas a los heroes que ha glorificado la historia oficial, pero desde un punto de vista mas apegado a la realidad y no a la política.